Serían la 5 de la tarde cuando Bernard bajó de su camioneta Lincoln Mark negra, echó un vistazo a su alrededor y detuvo su mirada en su hermosa cabaña, escondida entre las montañas, lejos de la civilización, ideal para un largo fin de semana de relajamiento y otros placeres. El flashaso de un relámpago y el estruendo que le sigue después en el trueno, lo hacen voltear hacia arriba: una gruesa y espesa nube gris amenaza con dejarse caer muy pronto sobre él, por lo que vuelve rápidamente hacia su camioneta,y abre caballerosamente la puerta a su hermosa acompañante.
Abril queda impactada con tanta belleza natural, el olor a hierba y tierra mojada de la tormenta que se avecina la envuelve en una burbuja de excitación y cierta tranquilidad.
-¡Es hermoso el lugar Bernard, estoy encantada! - Exclama al pararse en el arco de la puerta de la cabaña, como queriendo mirar todo el horizonte desde ahí.
Ante lo fresco del ambiente, y las primeras gotas que caen, Bernard reacciona e invita a Abril a ingresar a resguardarse. Una vez adentro, y ya más cómodos, se apresura a ofrecer un tequila añejo, almacenado en una hermosa barrica de roble blanco y guardado en una no menos hermosa cantina, y a encender la fogata que dará luz y calor al momento.
Afuera se desata una impresionante tormenta, Abril observa desde la ventana, con bebida en mano, comienza a disfrutar de la luz titilante que iluminan la sala, del aroma que se desprende de la leña de nogal que se consume entre las llamas, del calorcito que comienza a sentir por fuera...y por dentro...
Una melodía se deja escuchar, Abril voltea con cierta sorpresa, Bernard canta con guitarra en la mano sentado a un lado de la chimenea y dedicando con la mirada cada palabra de la canción.
Abril, aún de pie y junto a la ventana, da comienzo a un sutil baile, su exquisito cuerpo se mece con suavidad de un lado a otro...
Abril...bellísima mujer, con esa sensualidad que despiertan los 30s, combinación explosiva de experiencia y juventud. Inteligente, amante de las sensaciones extremas, mediana estatura...piel suave de marmol blanco, que pareciera más una estatua griega o romana...cuerpo saturado de curvas, Bernard adivina por debajo de esos jeans ajustados un par de redondas y firmes nalgas, y por debajo de esa blusa de moderado escote, un par de jugosos senos que parecieran dunas del desierto.
Bernard, sin dejar de cantar, lanza en su pensamiento un agradecimiento al destino por la atinada idea de volverlos a reencontrar y de coincidir en este mismo momento...
Abril continúa con su sensual baile, mientras comienza a acercarse lentamente a donde está Bernard, con esa mirada tan especial, transparente y penetrante que sale de sus ojillos, comienza a sonreír pícaramente, sonrisa grande en labios muy rojos...
Bernard siente que su entrepierna quiere explotar, su pene se ha puesto durísimo, tan así, que Abril se ha dado cuenta del efecto que ha tenido todo su cotoneo. Se pone de pie y sin ninguna explicación la toma por la cintura y busca con cierta desesperación su boca, su lengua, con sus manos comienza a recorrer toda su espalda hasta llegar a ese hermoso par de nalgas que aprieta con ansias contra si mismo. Ella comienza sentir acaloradas sensaciones, sus manos colgadas al cuello de él, también comienzan un recorrido que va de la enorme y ancha espalda, a esos grandes glúteos, para después comenzar a buscar en la entrepierna eso que se ha puesto muy duro, hinchado y que pide a gritos ser liberado de ese pantalón.
Bernard comienza a desabrochar la blusa de ella, sintiendo como la respiración de Abril se agita, sus mejillas ahora han tomado un color rosa...lentamente cae la prenda, dejando al descubierto ese par de tetas vestidas con un sensual bra delicadamente transparente de encaje negro. Bernard las besa con devoción por encima de la tela. Le da la vuelta para besar su nuca despejada por el corte de cabello pequeño que usa Abril, con una mano acaricia, apretuja esos senos, buscando por encima sus pezones...con la otra mano recorre el vientre, el ombligo, pasa su mano por encima del pantalón hasta llegar a su vagina. Abril mientra tanto, siente entre sus nalgas, como ese miembro hinchado intenta embestirla, ella corresponde arqueando un poco su espalda, exponiendose más a él...Con su mano, por fin se compadece y bajando el zipper introduce su mano buscando ese pedazo de carne tan caliente, al cual comienza a acariciar y a masturbar deliciosamente....Bernard hace lo propio, liberando ese sagrado monte, buscando y encontrando una húmeda, muy húmeda vagina, que contrae sus músculos al sentir ese par de dedos que la invaden...Abril siente una inyección violenta de adrenalina que cimbra todos sus nervios...
Ella se da vuelta y de un empujón, tumba en el sillón a Bernard, después le da la espalda y ofrece un estremecedor espectáculo a Bernard cuando comienza a bajarse lentamente su pantalón ajustado, para dejar ver, poco a poco, esas suculentas y blancas nalgas que lucen un espectacular cachetero del mismo tipo que el bra. Bernard siente que se vuelve loco...ella se da la vuelta, lo despoja de su pantalón, se mete entre sus piernas y sin dejar de mirarlo a los ojos toma con una de sus manos el hinchado y enorme falo. Comienza a pasar su lengua por todo su glande haciendo movimientos circulares, produciendo espasmos increíbles de placer en él...después recorre y humedece, con ella misma, cada centímetro de verga que palpita por su dureza, para finalizar deborándola una y otra vez lo más que puede meterla en su boca. Abril siente que sus quijadas se van a soltar, pero aún así intenta llegar lo más lejos posible. Bernard se pone de pie, Abril, aún de rodillas, engulle delicadamente sus testículos...
La fogata en la chimenea arde en todo su esplendor, liberando agradables ondas de calor. Allá, afuera, truenos y relámpagos cimbran el ambiente, tanto como se cimbran el par de cuerpos candentes que se dejan conducir por las pasiones y el deseo...
Ahora Bernard con delicadeza, deposita a su bella dama, en el sillón, para colocarse de rodillas entre sus piernas. Con mucha argucia quita el cachetero negro, dejando expuesto un paradisiaco Monte de Venus, húmedo, muy húmedo e hinchado de sus labios. Abril siente como su respiración se vuelve mas inquieta, y más cuando Bernard comienza a besar por la parte interior de sus piernas, desde la rodilla, recorriendo palmo a palmo ese par de monumentos griegos, hasta internarse jadeantemente en ese anhelado bosquecillo misterioso. Abril siente que se desarma de placer, es muy intenso lo que está sintiendo, pequeños gemidos escapan de su boca sin poderlos contener y que logran un efecto mayor en Bernard, que sigue obstinado en dar pequeños lengüetazos en el clítoris...De pronto Bernard acomoda las piernas de ella sobre sus hombros, dejando aún más expuesto ese monumental y marmoleo culo, donde Bernard vuelve a hundir su cara, besando todo el contorno de su vagina, mordisqueando sus labios, besando toda la parte trasera de los torneados muslos, las firmes nalgas. Abril, casi por reflejo, abre un poco más las piernas y avienta todo la grupa contra él, con sus manos lo toma por la cabeza y lo obliga a seguir comiendo de aquél rosado y empapado manjar. Bernard la penetra lo más que puede con su lengua, saboreando la cantidad de fluidos que se desbordan y escurren hasta el pequeño y rosáceo ano. Bernard los lame, los absorbe pasando su lengua por ahí. Abril se desconcierta por un momento, nunca antes alguien se había aventurado a degustar esa parte suya...intenta negarse, pero Bernard sigue empeñado haciendo movimientos circulares con su lengua alrededor del apretado esfínter...por lo que al final, ante tantas sensaciones nuevas y placenteras, accede y se relaja dejando que sus gemidos hablen por ella...
Bernard, totalmente desnudo, se deja caer en el sillón, ofreciendo su enorme y erecta verga. Abril se monta en él y con su mano coloca el agrandado glande a la entrada de su chorreante vagina...el ansia no puede más y poco a poco, sintiendo como sus pliegues se van abriendo, va dando paso a la caliente y descomunal vara que la quema por dentro...lo que dolor pudiera ser al principio, ahora es el placer del más grande de los placeres...
Bernard besa y mordisquea todo el cuello de ella, con sus manos abre ágilmente el broche del bra, la respiración agitada de ella, el movimiento de sube y baja del jugoso par de tetas, hinoptizan por un instante su mirada...blancas como dos lunas, firmes, redondas, coronadas por un par de medianas y claras aureolas de pezón muy erecto y rosado. Sin poderse resistir más, con sus manos las atrapa, las besa, chupa con impaciencia el par de pezones proporcionando sublimes estallidos de placer en ella...
Abril entra en un tipo de trance de placer, montada aún en él, aumenta el ritmo de sus movimientos, Bernard atrapa sus nalgas, ella le rodea el cuello con sus brazos, Bernard la embiste violentamente y con el dedo medio comienza a buscar y encontrar otra vez el ano de ella, lo lubrica con los mismos fluidos de ella haciendo movimientos circulares, hasta que introduce un poco, con delicadeza, el dedo...calor...calor...mucho calor es lo que siente ella, ofrece sus tetas, no quiere que Bernard deje de "comerlas".
Bernard la tumba en la cama, levanta y coloca las piernas de Abril en sus hombros, pasea su verga encendida por toda la hendidura de su vagina hasta acariciar su virginal ano. Bernard esta extasiado con ese descomunal culo..redondo, amplio...y de una embestida la penetra, Abril grita de placer, Bernard la embiste fuerte una y otra vez...
-¡No dejes de mirarme a los ojos Abril! -le pide Bernard, que vuelve a introducir su dedo en el ano, simulando una doble penetración, Abril siente que le falta aire para seguir sintiendo todo lo que siente...
La coloca en cuatro puntos, de "perrito", ella levanta lo más que puede su riquísimo y sublime culo, arquea la espalda, lo que está viendo Bernard no se compara con nada...coloca su verga a la entrada de la vagina, la toma de la cintura y vuelve a embestir con fuerza, se inclina un poco sobre ella para alcanzar con sus tetas con una mano y con la otra su clítoris...ella siente con miles de sensaciones como él choca contra sus carnosas nalgas, como ese pene la intenta atravezar, su vagina no deja de escurrir fluidos...Ahora es ella la que toma el control moviendo ese portento de nalgas, devorando una y otra vez esa verga inflamada..De pronto siente como Bernard la empuja poniendo su cara sobre el colchón, la "obliga" a que abra lo más posible las piernas, un dedo pasa y lubrica con sus fluidos vaginales el pequeño orificio...siente el dedo entrar en el...otro más...más lubricación...todo con sumo cuidado...Abril quisiera negarse,,,pero es tan rico, es tanto lo que le hace sentir que acaba por someterse....
Bernard la penetra una vez más por la vagina para lubricarse y después coloca su verga en la entrada del esfínter...comienza hacer algo de presión hasta que logra introducir su glande, ahí se queda sin moverse un momento, sólo acaricia la espalda arqueada de ella, sus nalgas, que se encuentran un poco tensas...Abril está conociendo nuevas sensaciones inimaginables.
Despues de un momento, él comienza hacer más presión, ahora con pequeños movimientos circulares y metiéndose cada vez más lentamente....Abril siente un agudo dolor, que poco a poco va transformándose en el más delicioso de los placeres, siente como todos sus nervios se conectan en el mayor cumulo de sensaciones...siente como ese enorme y duro pene está dentro de ella...siente como la está partiendo en dos...Bernard comienza a embestir con mucha delicadeza..adentro...afuera..cada embestida es una descarga de sensaciones nuevas y mucho, mucho placer...Abril grita eufórica..Bernard aumenta la fuerza de sus embestidas, goza como loco esa estrechez que aprisiona su verga más dura que nunca...queda extasiado al ver como ese culo tan deseado, lo come una y otra vez y una vez amoldado a su pene, Bernard embiste y penetra completamente...calor, mucha calor, demasiada calor sienten en sus cuerpos. Abril experimenta su primer orgasmo anal, sus gemidos y gritos callan por un momento el escándalo de la tormenta....Bernard se siente explotar un grito violento y derrama su tibia leche en toda la espalda y nalgas de Abril...
que belleza de pija por dios.... se me hace agua mi boquita
ResponderEliminar