Bernard hoy queda saboreando el pasado reciente,
no hay más terreno para explorar que sólo ese desierto azul
que en la noche con lujuria recorrió...
Su corazón aún late fuerte,
su sexo sigue tan viril y punzante,
¿Como esquivar con su mente aquellas dunas...?
¿Como mantener la tranquilidad de su viejo horizonte...?
Azul fue todo...
Azul comenzó...
Azul terminó...
La cicatriz que ha dejado en su piel
aquella lumbre azul de la tarde,
tardará en sanar...
ya no hay miel...
ahora todo sabe amargo...
todo sabe a hiel...
Sin nombre, sin dirección...
casi sin palabras..
todo fue caricias, todo fue lujuria
penetrante, infectante hasta lo hondo del corazón...
Lumbre Azul será su nombre,
así Bernard lo decidió...
y vivirá perenne en alguna parte
donde la silueta erotica tocó y quemó...
